Que el tipo no pudiera vender licor sin licencia de mayoría de edad no me importaba. Solo necesitaba una excusa para pelearme con alguien, porque necesitaba descargarme de alguna manera, ¿y qué mejor manera para descargarse un hombre que a puñetazos?
No sirve de mucho cuando luego tienes que enfrentar el brazo de la ley, y aunque estoy algo tomado, recuerdo que se supone que mañana me caso, así que debería intentar terminar con esto lo antes posible.
Casi me da pena por el chico del kiosco, él al final no tenía la culpa.
Era culpa de mi hermano, todo ese asunto tiene así. No que no quiera a mis padres, pero si solo pudiera tener a una persona en mi matrimonio, o en cualquier momento importante de mi vida, presente, sin duda sería él.
Y es justo él el que no está. Si lo que quería era herirme, lo está logrando. En la forma más cruel que me podría imaginar. Pero sé que voy a perdonarlo, tarde en temprano. El no hacerlo será tan ridículo que no merece ni siquiera pensarlo. Mi hermano es mi hermano, necesito que el llene ese lugar en mi vida, porque sino es él, nadie más va a poder.
Las Vegas es un lugar realmente atractivo en la noche, debo admitir. Bueno, en sí el mundo no te ve muy bien cuando estás en un patrullero de policía, pero eso no significa que uno no pueda mirar bien al mundo.
Mi hermano… en realidad puedo entender sus motivos. He tratado de ponerme en su lugar, y talvez yo abrí actuado de la misma manera. Nos parecemos mucho, al fin y al cabo. Somos egoístas, desconsiderados y tenemos una mala tendencia a hacer cosas de las cuales después nos arrepentiremos. Incluso sabiendo de antemano que nos vamos a arrepentir.
Pero él va a tener que entender, tarde o temprano, que era algo que tenía que hacer. Lo que mi novia y yo tenemos… bueno, si no es amor, no sé lo que sea. Y realmente quiero pasar el resto de mi vida con ella. Cuidarla a ella y que ella me cuide a mi. Depender el uno del otro.
Y ahora Las Vegas ya no es tan atractiva como lo era hace 5 minutos. Mi lugar desde el patrullero no ha cambiado, pero la ciudad ahora es una masa de luces y sonidos apenas descriptibles, y de repente me siento como un idiota por haber organizado aquí mi boda. Debería haberla hecho en casa, en mi ciudad. Si así fuera, mañana podría buscar a mi hermano hasta encontrarlo y haberlo arrastrado a la boda así sea a la fuerza.
Yo sé que a mi hermano le cuesta creerlo, pero yo también pensaba en él constantemente. Para mi también era horrible las separaciones, pero de momento eran los puros sacrificios de mi carrera. Cuando mi novia entró en mi vida, mi vida entró en conflicto. Porque me enamoraba más de ella, pero cada paso que nos acercaba era una paso que me alejaba de mi hermano. Y hasta que al final me di cuenta de que, de alguna manera, no los podía tener a los dos.
Y tomé la decisión egoísta. La elegí a ella, porque sé que aunque duela un mundo, mi hermano tarde o temprano va a regresar. Y entonces, ya no tendré que elegir.
Pero mientras tanto, me tengo que resignar, al fin y al cabo, yo lo elegí. El patrullero por fin llegó a la estación y es hora de volver a la realidad y arreglar el problema en el que estoy metido. Casi me hace sentir bien, enfrentarme a un problema que si puedo arreglar.
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